Salimos de León a las
8:00 y nos tomamos unos cafés cerca de la catedral de León. La
salida de León ya me había comentado Alvaro que era algo liada, y
tenían razón, pocas indicaciones y sin un solo carril bici, menos
mal que lleva el gps.
Al comenzar la ruta coincidimos en el camino con unos 6 bicigrinos italianos que casi toda la etapa nos íbamos adelantando según las paradas que realizáramos.
A las afueras de León
nos encontramos con un repecho donde al lado izquierdo habían
algunas casas enterradas bajo tierra, nos llamó la atención ya que
el nombre de esta zona de casas la llamaban la Tierra Media.
El tramo desde León hasta Hospital de Orbigo se nos hace algo pesado por las rectas inacabables del camino, sin ningún paisaje interesante al no haber vegetación alguna.
Una vez en el pueblo de
Hospital de Orbigo nos detuvimos en el puente donde cuenta la
historia:
En la Edad
Media existía un pequeño poblado en la orilla
izquierda del río Órbigo que
se había ido formando alrededor de la iglesia de Santa María. Se
llama Puente del Órbigo. A finales del siglo
XVI se organizó otro poblado junto al antiguo
hospital de peregrinos, en la orilla derecha del río. El hospital
había sido fundado por la orden de Caballeros
de San Juan de Jerusalén. Este poblado tomó el
nombre de Hospital de Órbigo.
Hospital de Órbigo fue
testigo y protagonista a lo largo de la historia de algunos hechos
importantes: allí se libró una batalla en el año 456 entre
los partidarios de Teodorico y
los de Requiario.
Se cree que Almanzor
pasó por esta localidad y atravesó el viejo puente cuando
transportaba las campanas requisadas en Santiago
de Compostela, de camino hacia Córdoba.
En el siglo
XIX, los habitantes de Hospital destruyeron los dos
extremos del puente para impedir el paso a las tropas de Napoleón.
Este pueblo tiene gran
tradición en productos agrarios. En el año 1890 don
Francisco y don Pedro Blanco de Sierra Pambley fundaron la Escuela de
Ampliación de Instrucción Primaria y de Agricultura. Gran parte de
los habitantes trabajan en fábricas de piensos y leche. El sector de
servicios está progresando así como el sector de turismo.
Nos hicimos unas fotos y
conocimos a dos ciclistas de Extremadura y comentamos el camino que
íbamos a tomar. En ese momento nos encontramos a una persona del
pueblo quien nos aconseja que fuéramos por Villares de Orbigo ya que
se encontraban en fiestas de las verduras y además a los peregrinos
les invitaban a desayunar. Pues dicho y hecho, tomamos rumbo a
Villares de Orbigo. En la entrada del pueblo varias personas se
encontraban deteniendo a los peregrinos y bicigrinos e informando que
le siguiéramos a su asociación camino de santiago Villares de
Orbigo donde nos invitarían a desayunar. Mientras desayunábamos
intercambiábamos conversaciones con diversas personas del pueblo y
otros compañeros de viaje. Una vez saciado nuestra sed y hambre, nos
sellan las credenciales y tomamos rumbo hasta Astorga, pasando por
Santibáñez de la Valdeiglesia y San Justo de la Vega. Antes de
llegar a San justo de la Vega nos paramos a hacernos unas fotos en el
Crucero de Santo Toribio con el fondo del pueblo y a lo lejos
Astorga.
Proseguimos el viaje
camino a Astorga, en la entrada del pueblo nos encontramos con las
vías de Tren y la única forma de cruzarlo era subiendo por unas
pasarelas en zigzag. Mas adelante nos encontramos con la primera
subidita del día hasta llegar al Palacio Episcopal de Gaudí y cerca
se encontraría la Catedral Santa María de Astorga, en la Catedral
paramos a sellar las credenciales.
Salimos de Astorga camino
del Rabanal del Camino. Llegamos a Rabanal del Camino tomamos un
respiro, nos comimos unas piezas de fruta y un refresco que compramos
en una tienda y que casualidad que los propietarios habían vivido
mucho tiempo en San Juan de Alicante, muy buen trato. Seguimos
ascendiendo el puerto de Foncebadón hasta llegar a la cima de la
Cruz de Ferro. Al llegar a la Cruz, al igual que los demás
peregrinos dejamos nuestras piedras, que en mi caso estaban escritos
los nombres de mis hijos por mis hijos.
Empezamos a descender
atravesando Manjarin donde intentamos buscar alojamiento y fue
imposible y nos recomendaron ir al siguiente pueblo, El Acebo, lugar
donde pasaríamos la noche. Menos mal que había sitio ya que desde
allí hasta Ponferrada nos encontraríamos todo completo ya que era
el Mundial de Ciclismo
Nos alojábamos en el
Albergue El Acebo, lo recomendamos por comodidad y por el trato que
dan a los peregrinos. Las bicicletas se dejan en una habitación
cerrada y vigilada. Una vez guardadas las bicis,, asearnos y
posteriormente lavar la ropa sudada, decimos entrar a descansar y
estirar los pies. En el albergue tiene un complejo aparte donde
contenían muchos sofás y las paredes eran de cristales, desde mi
chaise longue que elegí estirar los pies contemple una de las mas
hermosas puestas de sol que había visto en mi vida. Empieza a sonar
las tripas y decidimos ir a cenar. La cena fue un regalo, macarrones
de primero y ternera en salsa de segundo, más que comer devoramos
los platos, nosotros siempre con vino. Cenar y dormir porque ya no
teníamos más energía y al día siguiente había que continuar. En
la habitación nos toco con una pareja de jóvenes ingleses.
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